Desde la visión del profesor Pedro Rivera, el Nurr es y debe ser un perpetuo ensayo en función de Trujillo (Foto: Archivo / Alfredo Zambrano) |
El
Nurr, la verdadera Universidad de Trujillo
*
Pedro Rivera, profesor adscrito al
Departamento de Biología y Química del Nurr*
Nuestra Alma Mater, el Nurr- ULA arriba a su 48 aniversario haciendo verdadera historia en las páginas doradas de la comunidad trujillana a través de la apertura de nuevos caminos y en la búsqueda de la superación intelectual de los hijos de esta inmensa geografía trujillana que se adorna con el trinar de pájaros mañaneros que nos arrullan con su cálida melodía y con el inconmensurable amor que el gentilicio trujillano siente por su patria chica.
Son 48 años sentando nuevos paradigmas y adentrándose en las más profundas entrañas de su gente y que sin lugar a dudas constituirá impronta que marque el destino del quehacer de esta tierra con la nostalgia del recuerdo del conticinio amado.
Nuestro Núcleo tiene nombre de sabio auténtico y definitivo y la eponimia rangeliana es una razón de triunfo para la casa del saber que nos cubre.
El ámbito espiritual de Rafael Rangel es un aliciente para que esta casa de estudios que nos cobija funcione y sirva como ha sido siempre el norte de quienes han regido su destino y que se magnifica en ente promisorio, pues ya son miles los egresados que se han incorporado al mercado de trabajo en diferentes empresas privadas o del estado así como otros que con profundo amor rangeliano se han incorporado como miembros de su personal docente o ATO.
El Nurr, la verdadera Universidad de
Trujillo, la Universidad de esta geografía andina que es carne y sangre
nuestra, es mucho lo que ha construido y proporcionado a nuestro estado y a
nuestro país, y este innegable aporte y trabajo se está hundiendo en el
acontecer de este paisaje para brotar en ejecutorias reales y benéficas por lo
que tienen de transformadoras y promisorias por lo que tendrá que ser
forzosamente esta entidad que ha llegado al nudo de su historia, a la cima de
su drama, al climax de sus necesidades existenciales, para demandar al
hombre de este tiempo una solución a su crisis que le acobija y que no puede
ahondarse más, porque aparecerían entonces los signos de una gran tragedia. Por
ende, el Nurr se adentra y se profundiza en el ámbito trujillano, para
escudriñar totalmente, para detectar sus males ancestrales y los de nuevo signo
que le permitan convertir al ser humano y su entorno en entes plenos para la
mejor convivencia por el ejercicio de una cultura transformadora.
El Nurr se necesita cada vez más en nuestro territorio y por ende debe expandirse. El desarrollo regional tiene su asidero en esta casa del saber cuyo objetivo y función primordial no pueden ser otros que la formación de la gran estructura cultural capaz de generar todo un instrumental para el cambio social acelerado que exige la situación de crisis que padecemos y buscar los caminos necesarios para crear un nuevo destino, consonó con los ideales y la praxis del tiempo nuevo, tan distinto de todos los demás tiempos del hombre.
El Nurr no escapa a la problemática universitaria ni a la problemática general del país. Cuando ha habido mala distribución de recursos es a la universidad a la que se ha golpeado más, y la misma potencialidad productiva del país arrincona a la universidad con la negación de su importancia y atributos y la de su menguado presupuesto.
El pueblo despertará cuando los que tuvimos la suerte del acceso a la cultura nos entreguemos con pasión a la causa de ese pueblo, pero en tanto no se actúe con sinceridad y desprendimiento, no mejorarán sus condiciones y estaremos conduciendo a las nuevas generaciones a un mundo estéril y yermo, como especie de desierto total.
Finalmente a esos miles de egresados de sus aulas rangelianas les pido que no sean ni se comporten como universitarios con un sentido accesorio sino que sean y se desempeñen como universitarios esenciales, que no es otra cosa que convertirse en agentes incansables del cambio social, en participantes activos y coherentes de todo un proceso de transformación que tiene que operarse en estos parajes andinos para no seguir siendo entidades abstractas y limitantes, sino concreciones políticas definidas con visión y praxis de su propio destino y convertirse en dignos herederos de la gloria científica y humanística de Rafael Rangel.
El Nurr es y debe ser un perpetuo ensayo en función de Trujillo, vanguardia de este noble pueblo y la empresa de futuro en la que todos podamos participar. Dejemos al NURR hacer su historia universitaria escrita con los mejores signos del pueblo trujillano.
Con inmensa gratitud a la casa que me cobija una felicitación sincera por este nuevo aniversario.
El Nurr se necesita cada vez más en nuestro territorio y por ende debe expandirse. El desarrollo regional tiene su asidero en esta casa del saber cuyo objetivo y función primordial no pueden ser otros que la formación de la gran estructura cultural capaz de generar todo un instrumental para el cambio social acelerado que exige la situación de crisis que padecemos y buscar los caminos necesarios para crear un nuevo destino, consonó con los ideales y la praxis del tiempo nuevo, tan distinto de todos los demás tiempos del hombre.
El Nurr no escapa a la problemática universitaria ni a la problemática general del país. Cuando ha habido mala distribución de recursos es a la universidad a la que se ha golpeado más, y la misma potencialidad productiva del país arrincona a la universidad con la negación de su importancia y atributos y la de su menguado presupuesto.
El pueblo despertará cuando los que tuvimos la suerte del acceso a la cultura nos entreguemos con pasión a la causa de ese pueblo, pero en tanto no se actúe con sinceridad y desprendimiento, no mejorarán sus condiciones y estaremos conduciendo a las nuevas generaciones a un mundo estéril y yermo, como especie de desierto total.
Finalmente a esos miles de egresados de sus aulas rangelianas les pido que no sean ni se comporten como universitarios con un sentido accesorio sino que sean y se desempeñen como universitarios esenciales, que no es otra cosa que convertirse en agentes incansables del cambio social, en participantes activos y coherentes de todo un proceso de transformación que tiene que operarse en estos parajes andinos para no seguir siendo entidades abstractas y limitantes, sino concreciones políticas definidas con visión y praxis de su propio destino y convertirse en dignos herederos de la gloria científica y humanística de Rafael Rangel.
El Nurr es y debe ser un perpetuo ensayo en función de Trujillo, vanguardia de este noble pueblo y la empresa de futuro en la que todos podamos participar. Dejemos al NURR hacer su historia universitaria escrita con los mejores signos del pueblo trujillano.
Con inmensa gratitud a la casa que me cobija una felicitación sincera por este nuevo aniversario.
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