La Capilla del Colegio Santa Ana, se transformó
en la Aula Magna del NURR (Foto: Carlos Cegarra)
LA CASA DEL
NURR-ULA EN CARMONA
Por
el profesor e investigador Isidoro Requena (+).
Artículo
recuperado a propósito del cincuentenario del Nurr, la ULA en Trujillo.
Publicado en junio de 2017.
Desde sus comienzos –es la
confirmación unánime de las antiguas culturas- el ser humano se preguntó por el
sentido de lo humano. Para responderse
inventó un abanico de respuestas: mitos, religiones, filosofías, literaturas,
artes, ciencias. Esa pregunta y el haz de respuestas anidan en esta casa y le
dansu grandeza. Esto es lo que intento recordar una vez más.
Casa que anuda historias.
Esta
casa fue construida para
ser la sede del errante Colegio de Santa Ana, fundado en 1895 (hace 122 años), cuando llegaron a
Trujillo las Religiosas Hermanas de
Esta casa tiene profundas raíces con las que absorve
la savia de un humus fecundo. Se plantó como un árbol al
cobijo del Cerro Carmona (llamado así desde
Y
aquí se quedó esta ciudad, que desde 1810 es la capital del estado Trujillo.
Para esta ciudad y para este estado, en 1969
Dos conclusiones.
Primera, esta casa es un enredo de historias: la suya
(edad 62 años), la de una ciudad (edad 420 años), la de un estado (edad 207
años), la de
Segunda
conclusión, esta casa no es sólo sus intramuros, sino el cielo que la cobija,
el Cerro Carmona, el Valle de los Mukas,
La
casa y su amplio extramuros que la arropa es, también, un espacio de substrato metafísico.
Escribía Briceño-Iragorry a un amigo de la infancia; “Tú me hablaste de que en
las húmedas piedras de
Casa.
La voz de la sabiduría ancestral
habla: Necesitamos casa. Porque en el camino se está a la intemperie; en la casa, al
abrigo. Porque “el odio se amortigua detrás de la ventana”, proclama el verso
de Miguel Hernández. Y el de Goethe sentencia: “El hombre fugitivo y sin casa
es inhumano”. La casa –añade Levinas- es la acogida
humana, donde siempre alguien espera. Casa humana, que además compartimos con
los dioses: Mi casa de los dioses, la
llama Briceño Guerrero. Casa
solariega, casa matriz, la más antigua y noble del NURR-ULA, casa de las
raíces, casa de labor, donde guardamos nuestros aperos.
Casa
de escaleras. Camino-escalera.
La casa se dobla de camino y casa,
integra fluir y permanecer. Las escaleras son los caminos de una casa, caminos
dentro de la casa. Las escaleras son un viaje –como el de Ulises- de eterno
retorno; suben y bajan, ascienden y descienden. “El camino hacia arriba y el
hacia abajo es uno y el mismo”, sentenció
Heráclito. SÍ. Como las calles de los pueblos, como los ríos y las quebradas, como
las venas del cuerpo… son para el encuentro
y la comunicación. Esta casa tiene una escalera regia –casi la escala de Jacob,
de 123 peldaños- y muchas escaleras humildes, silenciosas, escondidas.
Casa
guardiana de la memoria de Trujillo.
Aquí habitan tres albaceas de la memoria trujillana:
de su memoria historiográfica, el CRIHES; de su memoria literaria, el CILL; de
su memoria artística, el Museo “Salvador Valero”.
El Museo “Salvador Valero” tiene su historia. Nacido en 1976, habitó en
la calle que sube. Desde
1987 es inquilino de esta casa. Museo de Arte Popular. Carmen
Araujo su directora le desea larga vida: “El Museo de Arte Popular Salvador
Valero seguirá siendo un espacio para la defensa de la creación popular”.
Aula Magna.
Recordación
especial merece el Aula Magna del NURR. Capilla del colegio de monjas, se
transformó en Aula Magna del NURR bajo la eponimia de un guerrillero -Argimiro
Gabaldón-. Desde una mirada filosófica, ella huele a re-ligión. Se sustenta en
sustrato ontológico: “La religión antes de ser una confesión
–reflexiona Levinas- es la pulsación misma de la vida donde Dios entra en
relación con el hombre y el hombre con el mundo. Religión, como la trama del
ser”.
También se sustenta en sustrato ético, que nos
recuerda Ricoeur: “Lo religioso, fuera de su fragmentación en múltiples
confesiones, consiste en liberar el fondo de bondad del hombre, soterrada bajo
la espesa capa de maldad”. Con
razón acudimos allí para las grandes conversaciones, para graduar a la juventud
trujillana, para despedir a nuestros muertos.
Inquilino
afortunado.
Personalmente, soy inquilino de
esta casa de
Igualmente hicieron
su aporte denso los que se fueron este último año: Elina Rojas, José Vicente
Scorza, Pedro Cuartín, Aníbal Rodríguez Silva, Raúl Vegas…
Trujillo, junio
de 2017.
Bio-Notas del Nurr, primera edición | Publicación por el profesor Alí Medina Machado
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