J.V. Scorza en Trujillo | Ponencia por el profesor Néstor Áñez

 

(Foto: Archivo / Alfredo Zambrano)


J.V. Scorza en Trujillo

                                                       

Néstor Añez*

Prof, M.Sc., D.I.C., Ph.D., DHCCS, Investigador Emérito. Investigaciones Parasitológicas "J.F. Torrealba".

Facultad de Ciencias. Departamento de Biología. 

Universidad de los Andes.

Mérida, 5101, Venezuela.

Ponencia realizada el 1 de julio de 2022 durante un homenaje a José Vicente Scorza en la Casa Carmona, a propósito del cincuentenario del Nurr.

 

Primero que todo, agradezco a la Dra. Elcy Villegas, directora y demás miembros del Instituto de Investigaciones Trujillanas “J.W. Torrealba”, la gentil invitación para traer en esta memorable fecha el recuerdo de J.V. Scorza, uno de los protagonistas del desarrollo de la ciencia en este lugar, asiento importante de la Serrana Altiva, la Universidad de los Andes.

Haber sido un seguidor de su férrea disciplina científica para investigar, experimentando su particular manera de enseñar y hacer llegar el conocimiento científico hasta donde hiciera falta sin importar las dificultades, y en lo personal,haber merecido su afecto y sentido su solidaridad, nos hace privilegiados por haber compartido su amistad hasta el fin de sus días…

Suerte hemos tenido en este rincón andino de la provincia venezolana, de haber tenido entre nosotros, por varias décadas,a José Vicente Scorza, figura central de la investigación científica del país,quien, sin duda, comparte méritos con Rafael Rangel, Arnoldo Gabaldón, Félix Pifano, José Francisco Torrealba, entre otros, contribuyendo a sentar bases sobre el conocimiento de la Medicina Tropical en Venezuela durante el siglo XX y el descorrer del XXI. Su amplia cultura biológica adquirida por su incansable sed de aprender lo imbuyó de conocimientos sobre botánica, zoología, entomología, parasitología y microbiología lo que, aunado a su férrea disciplina científica, le permitió ser un investigador exitoso y altamente productivo.

Por otra parte, la confluencia de su inconformidad, su actitud contestaría, su compromiso con el país soñado y su formación científico-docente, lo llevó a la propuesta y/o creación de Facultades de Ciencia, grupos de investigación científica, Postgrados, Sociedades Científicas, Talleres, Revistas, Congresos, Seminarios, amén de una Escuela “Scorziana”, enseñada a trabajar donde es difícil hacerlo, sin importar cuando ni donde, cuya filosofía se basa en el lema de hacer Ciencia con pertinencia Social.

 

El encuentro de Scorza con la tierra trujillana, relacionado con su formación científica, se genera en julio de 1973, hace 49 años, dada la necesidad de encontrar un lugar relativamente cerca de Mérida, idóneo para la realización de un muestreo en pobladores de localidades rurales donde la enfermedad de Chagas fuera endémica, para entrenamiento de estudiantes del postgrado en parasitología de la facultad de Ciencias de la ULA. Acicateado por el entusiasmo de J.W. Torrealba, colaborador del mismo postgrado, quien consiguió el apoyo de la dirección general de Malariología y, por su intermedio, la logística de la Zona VIII del MSAS-Trujillo, se decidió la misión. Para tal fin, fueron seleccionadas varias localidades del entonces municipio Candelaria para la realización del muestreo, concentrándose los pacientes estudiados en la medicatura de Chejendé.

El inusitado éxito de tal actividad, no solo generó entusiasmo en el colectivo del postgrado, sino que marcó el destino de algunos quienes, desde entonces, transitamos el sendero del estudio y comprensión de este terrible flagelo en cada rincón de Venezuela.

Luego de constatar la presencia de la dolencia buscada en los afectados pobladores, y la alta frecuencia de la infección por Trypanosoma cruzi, su agente etiológico, en las especies triatominas encontradas y en famélicos animales domesticados que moraban el peridomicilio humano, las visitas a Trujillo se hicieron cada vez más frecuentes.

En principio con la complicidad de quien les habla, lo cual no resultó tan difícil para el maestro conseguir su apoyo para la incursión, ya que andaba en la búsqueda de biocenosis donde circulara, además, Trypanosoma rangeli, otra especie con la cual realizó sus estudios doctorales en el Imperial College of Science and Technology, de la Universidad de Londres y con cuyo modelo se enfrascó durante los siguientes 20 años de exitosa labor investigativa.

Las frecuentes visitas a la cede de la Zona VIII de Malariología, permitieron conseguir, en principio, la complicidad de Don Julio Mogollón, excelente entomólogo y conocedor de la fauna triatomínica de Trujillo y, de los más recónditos lugares donde estos insectos habían permanecido por tiempos inmemoriales. De aquella complicidad primaria, se generó una estrecha amistad o familiaridad entre ellos y, un respeto y especial cariño, compartido por décadas, con quien esto les narra.

Guardo en mi memoria el relato de Scorza luego de visitar la cede de Carmona, donde hoy estamos: “hemos encontrado el mejor laboratorio de parasitología.Trujillo todo es un laboratorio. De Carmona para arriba, hay casos de leishmaniasis y los flebótomos picane infectan a los moradores de las residencias del lugar; por la vía a San Jacinto, hacia la vieja carretera a Boconó, está un sitio donde no había visto tantos flebótomos capturados en una hora; bajando hacia la panamericana, en tres matas, zapatero, la beticó, las cocuizas, encuentras chipos infectados con T. cruzi y T. rangeli, perros infectados y montones de chagásicos, más adelante la leishmaniasis viscerales endémica, con los perros como reservorios, y hacia el cenizo, hay mosquitos y malaria, además, casi toda la población padece de parasitosis intestinales”.

La presencia en Trujillo de un grupo de sus exalumnos de la escuela de Biología de la UCV y la ULA, con quienes comenzó un curso de nivelación de conocimientos sobre enfermedades parasitarias, y una propuesta de las autoridades de la ULA de entonces para dirigir el desarrollo del NURR en calidad de vicerrector, terminaron por convencerlo para acercarse más a esta tierra y,adentrarse en el soñado laboratorio para estudiar de cerca las endemias rurales: Malaria, leishmaniasis, enfermedad de Chagas, parasitosis intestinales, entre otras.

Aprovechando tal oportunidad, muy pronto propone la creación de un postgrado en Protozoología, orientado al estudio de las problemáticas parasitológicas regionales con una visión holística, partiendo de la concepción Pavlovskiana para enseñar a interpretar las distintas biocenosis desde su origen en el nicho ecológico. La visión inserta en esta modalidad de estudio necesito el apoyo solidario de especialistas de muchas ramas del conocimiento, quienes prestos estuvieron al llamado del maestro.

Es justo reconocer que, para lograr el objetivo de instaurar el concepto de epidemiología panorámica en las nuevas generaciones de parasitólogos, desfilaron por estas aulas y campos, investigadores en botánica, zoología, entomología, geomorfología, climatología, sociología, cardiología, dermatología, epidemiología, estadística, biología molecular, bioquímica, junto a los parasitólogos proponentes.

Esta modalidad de enseñar la parasitología, al principio, dejaba perplejos a los estudiantes del postgrado, quienes una vez adaptados reconocían la necesidad de una formación con características distintas a las enseñadas en sus estudios de pregrado. Muchas fueron las cohortes de estudiantes beneficiados con esta metodología de estudio de problemáticas regionales, cuyo conocimiento podría ser utilizado extrapolándolo a cualquier otra latitud y/o problemática justificando, de la misma manera, la diversidad de profesionales que integrarían cada cohorte donde confluyeron biólogos, médicos, bioanalistas, veterinarios, farmacéuticos, entre otros, pudiendo al final de la jornada interpretar tales dolencias desde el punto de vista biomédico, una vez deslastrados los dogmas propios de cada manera de enseñar la ciencia, recibidas en sus respectivas escuelas o facultades donde recibieron su formación de pregrado.

Hoy, cabe la satisfacción de saber que muchos egresados tienen responsabilidades en el campo científico, académico-docente y/o dirección institucional, con mucho éxito. Queda como reflexión reconocer que, valió la pena el rigor científico aplicado y la constante arenga por la elevación de la calidad científica.

Asimismo, el éxito de este postgrado se notó en el reconocimiento a nivel nacional y en la aceptación internacional, dada la presencia de estudiantes venidos de otros países a formarse acá en Trujillo. Este hecho produjo que fuera el primer postgrado acreditado en la ULA, para satisfacción de quienes hicieron posible uno de los sueños del Maestro Scorza.

 

Otra de las obras relevantes de J.V. Scorza para el NURR, Trujillo en particular y la Universidad de Los Andes, en general, lo constituye la creación del hoy Instituto de Investigaciones Trujillanas “J.W. Torrealba”, otro sueño hecho realidad. El mismo se fue forjando desde el momento mismo de la desaparición física de Witremundo Torrealba, el 15 de julio de 1981, hace 41 años. Durante los primeros años de su creación, en el mismo se atendía pacientes que presentaban lesiones cutáneas causadas por especies de Leishmania que circulan en la región y transmitidas por la picadura de insectos de la familia Psychodidae, genero Lutzomyia, de los cuales muchas especies tienen comportamiento antropofílico, infectando al hombre luego de procurar alimentarse de su sangre liberando las formas infectivas del parásito durante la ingesta. Asimismo, servía como adiestramiento de los estudiantes de postgrado que ganaban experticia en la detección de las lesiones con sus técnicas diagnósticas y los tratamientos que se aplicaban bajo la egida del profesor Scorza. 

Aquí, fueron adiestrados biólogos, médicos, farmacéuticos, veterinarios y bioanalistas, quienes salían capacitados luego de los módulos de instrucción y de un riguroso examen sobre conocimientos integrales acerca de la dolencia.

Esta manera de impartir conocimiento en este instituto, como apoyo a la actividad de postgrado, logró capacitar profesionales de la biomedicinapara realizar labores de detección y aislamiento de los agentes causales de las leishmaniasis cutánea y visceral, obtener experticia de su cultivo in vitropara estudios bioquímicos y moleculares, ensayar nuevos compuestos terapéuticos, amén de reconocer los insectos mayormente transmisores y ensayar su control poblacional, con la idea de obtener productos propioshasta llegar a romper paquetes tecnológicos impuestos que nos hacen dependientes y aliados del intervencionismo científico. Esta actividad diaria y la constante arenga del maestro Scorza sobre la necesidad de investigar para lograr conocimiento propio, logró conceptualizar la investigación científica como una actividad liberadora, grabando en cada uno de los frescos cerebros que, la ciencia no tiene sentido sin pertinencia social. Esas expresiones repetidas a cada instante, se han transformado en nuestro lema en la reconocida Escuela Scorziana.

Hoy, años después de aquel sueño en realización, clamamos desde esta tribuna a las autoridades aquí presentes que no abandonen este proyecto que el empeño de aquel prohombre nos legó y que hoy día desea transformarse en un ente en busca de calidad de vida para los moradores de estas tierras, afectados por las endemias médicas y veterinarias causadas por los parásitos que tanto conoció y combatió, con clara filosofía y mensaje de sabio maestro. 

No quiero referirme hoy, en este fraternal homenaje a quien paso el 77% de su vida (71 de sus 92 años) dedicado activamente a la investigación científica y/o a la docencia en todos sus niveles del estamento educativo del país, enumerando títulos académicos, órdenes recibidas, medallas al mérito, premios otorgados y doctorados Honoris causa concedidos, cosa que he hecho reiteradamente en los varios panegíricos dedicados en su honor, en los muchos homenajes recibidos durante parte de su vida y luego de su partida de este plano terrenal.

Deseo en su lugar, confesar haberle escuchado alguna vez, como un susurro confidencialque, en lugar de los mencionados títulos, su más preciado galardón lo recibía cuando era llamado profesor, y explicaba que esa palabra resumía toda su vida y despertaba su orgullo conservado de todas las vivencias en su largo periplo, indicándole el deber cumplido.

En resumen, J.V. Scorza nunca ceso en su rol de Profesor y conservó el orgullo de haber contribuido a estructurar las dos primeras Facultades Universitarias para formar cuadros científicos en Venezuela, una en la UCV y otra en la ULA. Haber alcanzado más de un centenar de estudiantes quienes han colaborado en sus muchas y valiosas publicaciones científicas, y haber tenido escasos trabajos con su sola autoría, le dieron la tranquilidad espiritual del deber cumplido. Siendo Trujillo, el NURR y Carmona, su últimaescala y el Instituto “J.W. Torrealba” su último sueño cumplido, antes de emprender el largo viaje a la eternidad.

Así, en una soleada y apacible mañana del día jueves 18 de agosto de 2016 en Mérida, Venezuela, se produce la transmutación de José Vicente Scorza. Su inquieto espíritu emergió de su cuerpo para volar a otra dimensión en búsqueda de otros derroteros distintos a los ya trajinados y harto conocidos. Su enorme cuerpo convertido en camuflada pupa sirvió para que eclosionara su díptero más preciado y satisfecho emprendió el ansiado vuelo, hastiado de su lucha contra el inexorable tiempo y su incapacidad física de querer ser lo que había sido, reconociendo que su ciclo entre nosotros habíase cumplido. Deja en su tránsito recuerdos de su sapiencia, testimonios de luchas, enseñanzas, obras realizadas, profunda sensibilidad, su recia personalidad y su constante arenga para seguir haciendo ciencia con pertinencia social, no importando cuando ni donde… 

¡¡Muchas Gracias!!


José Vicente Scorza: ícono de la investigación ulandina en Trujillo


Compartir Google Plus

Acerca de Prensa NURR-ULA

Sitio Oficial de la Oficna de Prensa de la Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel en Trujillo-Venezuela.
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario