RETOS Y DESAFÍOS DE LOS PROFESORES UNIVERSITARIOS
EN TIEMPOS DE CRISIS
Dr. Virgilio
Castillo, orador de orden de los actos por el Día del Profesor Universitario en
el NURR-ULA
(Foto: Carlos
Cegarra) |
Discurso del Dr. Virgilio Castillo, presidente de la APULA, en el acto conmemorativo del Día del Profesor Universitario realizado el día 7 de diciembre de 2023 en la Villa Universitaria del NURR-ULA.
Pampanito, estado Trujillo.
Este 5 de
diciembre, conmemoramos el Día del Profesor Universitario.
En tiempos
de crisis como los actuales, de oscuridad frente a la luz del conocimiento que
emana del trabajo de los universitarios, es importante entender con claridad,
el significado de ser profesor universitario.
Muchas
lecturas se pudieran hacer sobre este tema, largos han sido incluso los debates
para llegar a una respuesta satisfactoria. Ser un profesor universitario en la
actualidad, significa ser el guía que debe fortalecer los valores fundamentales
para humanizar las acciones diarias de nuestros estudiantes: confianza,
respeto, dignidad, compromiso, integridad y responsabilidad.
En una
palabra reconocimiento; es decir, invitar a quienes conviven en el campus
universitario a promover el reconocimiento a la calidad humana que se ha de
lograr a través de la calidad de la educación superior.
Apunta esta
reflexión hacia el ser humano que en libertad, sin presión ideologizante
alguna, pueda dar la discusión requerida para que surja el conocimiento y dar
respuesta a las grandes necesidades de la sociedad, especialmente, la que forma
parte del entorno de la institución universitaria de este tiempo, entorno que,
por cierto, nos reclama presencia, apoyo y pertinencia de nuestros contenidos,
en procura de plantear soluciones a sus problemas fundamentales.
Ese
Profesor Universitario, con esas características lo tenemos en nuestra
Universidad de Los Andes, se ha formado a partir de los requerimientos dados
por este subsistema nacional, ha vivido bajo un techo cuyos cimientos fundó el
29 de marzo de 1785, como acción inspiradora, Fray Juan Ramos de Lora, ha
crecido para lograr mantener la generación del conocimiento. Trabaja e
investiga, lucha y levanta la voz como siempre lo ha hecho la Universidad
contestataria que hemos protagonizado, no sólo en los últimos 24 años, sino a
lo largo de la historia y que, ahora, padece los grandes problemas que nos
colocan en situación de incertidumbre.
Incertidumbre
por los más de 600 días sin aumento salarial.
Incertidumbre
por vivir en una sociedad democrática sin poder aplicar sus términos.
Incertidumbre
por desconocer que pasará en el tiempo por venir. Incertidumbre ante la
carencia de planes que permitan relanzar nuestra institución para seguir sintiendo
el orgullo de haber egresado de sus aulas, de ser ulandinos y de llevar en el espíritu
esta alma mater.
Citando al
gran Trujillano Mario Briceño Iragorry;
“cuantas veces he hablado de la necesidad en
que estamos, de poner fin a la larga conspiración de prudencia que desde todos
los confines amenaza nuestro progreso social”…
En este
contexto, desde el gremio profesoral nos hemos esforzado por desarrollar
nuestras mejores ideas, en procura de brindar el mayor apoyo posible a nuestros
colegas profesores y sus familiares.
Como
presidente de la APULA, me ha correspondido junto a esta excelente junta
directiva, dirigir esta importante organización gremial, quizás la más
importante de la región, en un momento en el cual los gremios y sindicatos
también han sido golpeados, prácticamente hasta su desaparición; que duro ha
sido ser dirigente gremial en este tiempo gris.
Y ante esta
realidad incuestionable. Ante este momento de estar aquí́ y allá́. Ante este
instante de preguntas, quizás muchas sin respuestas, deben surgir las
soluciones y ellas están en nosotros, profesores universitarios que, pese a
todo, estamos de pie, damos clases, investigamos, acudimos al encuentro con
nuestros alumnos, resolvemos las lecciones prácticas y reinventamos la pedagogía
para llenar de conocimientos el debate de alumnos que sueñan con su profesionalización.
El reto,
pues fortalecer la calidad académica.
Reimpulsar
los procesos universitarios, entre ellos uno de los más importantes, la
investigación.
Fomentar la
innovación y la capacitación tecnológica.
Procurar la
eficiencia y la transparencia.
Desarrollar
la cultura del emprendimiento.
Productividad
y autofinanciamiento desde la investigación.
El marco, el
punto de apoyo, el concepto vital para poder lograr el deber ser empeñado, es
la autonomía universitaria y, precisamente, hoy recordamos ese 05 de diciembre
de 1958, Día del Profesor Universitario consagrado a la autonomía
universitaria, como un logro que se hizo realidad hace sesenta y cinco años, en
1958, cuando una vez caída la dictadura que se vivió́ en el país, se
cristalizó esta gran conquista tanto por parte de los docentes, estudiantes,
empleados, obreros y de toda la comunidad universitaria nacional.
Aprobado en
1991 por la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de
Venezuela (Fapuv) y el Consejo Nacional de Universidades (CNU), este día es el
punto de inicio para solemnizar el decreto de la Ley de Universidades de 1958,
que contempla la autonomía académica y administrativa de estas comunidades o
sociedades del conocimiento.
La Ley de
Universidades fue un gran logro para las autoridades, profesores, estudiantes y
trabajadores de las universidades nacionales, tan asediadas por esa cruel dictadura
de los años cincuenta.
Derrocado
el gobierno, las universidades, máximas casas del saber, creadoras del
conocimiento y formadoras de profesionales en diferentes áreas, comenzaron a
trabajar con aires de libertad y pluralidad, administrando sus propios recursos
y la academia.
Ese es el
espacio a reconquistar, ese es el logro por venir, ese es el norte de nuestra
labor: recuperar la autonomía, relanzar nuestras instituciones universitarias y
devolver la calidad en la educación a nuestras aulas, para formar las futuras
generaciones que vendrán a participar, de forma decidida, en la gran reconstrucción
nacional.
El futuro y
el cambio son indetenibles, lo estamos impulsando las nuevas generaciones, así
se siente tanto en la universidad, como en el país.
Desde la Asociación
de Profesores de la Universidad de Los Andes seguiremos al lado de cada uno de
nuestros colegas profesores, activos y jubilados, tal como lo hemos venido
haciendo desde hace muchos años atrás: brindando soluciones y siendo parte de
la solución a sus problemas vitales y seguiremos apuntalando la misión de
nuestra gran universidad, con miras a su nuevo rumbo, el cual es indetenible.
Los
profesores universitarios seguiremos siendo lo que la sociedad venezolana
aspira y merece, un rico nutriente que alimenta el desarrollo del país y
trasciende en el techo de Venezuela.
Ser un
excelente profesor universitario es hacer patria.
Consecuentes
con nuestra misión de profesores universitarios, parafraseamos a Federico Mayor
Zaragoza, y con él decimos “No habrá amanecer si no sabemos hallar nuevas
palabras, nuevas fuerzas, nuevos ideales y nuevas esperanzas para cambiar
rumbos, vientos, naves, velas... y comenzar otra etapa y vivir de otro modo”;
motivación que nos envuelve a los profesores de esta Gran Universidad, la
Universidad de Los Andes.
¡Que vivan
los profesores universitarios! ¡Que viva la universidad del futuro! ¡Que viva
la autonomía universitaria! ¡Que viva la universidad de Los Andes!
Muchas
gracias.
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