*** La afirmación fue hecha por el vicerrector Geovanny Castellanos, quien puntualiza que la institución lucha por la prosecución académica, aunado al resguardo, mantenimiento y seguridad de sus recintos
Pese a las adversidades, en el 2021 el Nurr defenderá la academia, extensión e investigación (Foto: Carlos Cegarra) |
PRENSA ULA-NURR / Gilcely Linares (CNP 15.221) Apenas algunas necesidades básicas pudieron cubrirse el año pasado y lamentable el panorama para el 2021, por ahora en base al déficit presupuestario, situación nacional más las consecuencias del Covid-19, no se vislumbran alentadoras.
El bosquejo corresponde al vicerrector encargado del Núcleo Rafael Rangel (Nurr), la Universidad de Los Andes (ULA) en Trujillo, Geovanny Castellanos, quien reconoce el cúmulo de dificultades institucionales suscitadas, pero exalta el compromiso de seguir luchando por la academia, extensión e investigación.
“Con inmensurables esfuerzos atendimos en el 2020, tiempo que trajo consigo una realidad bastante compleja, los requerimientos primordiales sobre todo el abogar por la prosecución académica, así como velar por el resguardo, mantenimiento y seguridad de las infraestructuras universitarias. En consecuencia, el Nurr frente a las adversidades actuales funciona a su capacidad mínima”, argumenta.
Nueva visión universitaria
Insiste que debido a irrisorias asignaciones ministeriales, la universidad con o sin pandemia no cuenta con suficientes incentivos económicos, lo cual implica una serie de retos al planificar, proyectar y ejecutar acciones.
De allí que emplaza a replantear la vida institucional, en especial evaluando múltiples mecanismos para la obtención de recursos junto a unificar criterios en pro de la comunidad ulandina.
“Es fundamental un mayor sentido de pertenencia de los factores universitarios, también dejar a un lado la parálisis, previendo modificar el nivel de lucha por objetivos comunes en materia institucional, incluso darle un viraje a las posiciones cerradas, pues de lo contrario nuestra amada alma mater perecerá”, advierte.
Contexto académico
Por directrices del Consejo Universitario de la ULA, respaldadas por los consejeros de Núcleo, desde finales de octubre hasta mediados de diciembre fue concebido un régimen especial no presencial de las actividades académicas, las cuales fueron suspendidas en marzo por la cuarentena.
Tal iniciativa consideró en el Nurr las carreras semestrales, enmarcadas en el B-2019, a la vez al año lectivo de Derecho U-2019, sin embargo, las unidades curriculares alusivas a prácticas de campo, laboratorio y físicas-deportivas no estaban contempladas, lo mismo ocurrió con el comienzo del U-2020 de Comunicación Social.
El conglomerado profesoral y la asociación que los agrupa cuestionaron la propuesta, alegando la falta de condiciones idóneas.
Al respecto Castellanos recalca que “hubo altibajos, cierto rechazo y señalamientos. No obstante, batallamos por cumplir lo planteado. En los próximos días serán sincerados los objetivos, como la participación, asignaturas culminadas, carga de notas, entre otros aspectos relevantes”.
Posterior a ello, “el Núcleo diligenciará, en la medida de sus posibilidades y mediante lineamientos ajustados al escenario vigente, lo concerniente a su funcionamiento más operatividad, siempre en pro del inicio de nuevos períodos académicos, grados e inscripciones”.
Caso Villa Universitaria
La autoridad del Nurr agrega que a corto plazo organizarán una jornada de limpieza en la Villa Universitaria, haciendo desde ya el exhorto a la comunidad ulandina y trujillana a participar.
Adiciona que en lo que va del 2021 la universidad no ha sido blanco de hechos vandálicos, caso contrario del año anterior que contabilizó 10 robos y 6 desvalijamientos de unidades vehiculares.
La prosecución académica es una prioridad en la ULA-Trujillo (Foto: Carlos Cegarra) |
El vicerrector Geovanny Castellanos señala que la falta de recursos impide planificar, proyectar y ejecutar acciones (Foto: Carlos Cegarra) |
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