Desde el Crincef-Nurr exhortan a enfrentar las pretensiones de un nuevo modelo que debilite aún más el sistema educativo universitario |
COMUNICADO
Pronunciamiento del Centro Regional de Investigación de la Ciencia, su Enseñanza y Filosofía (Crincef) ante la Redimensión del Sistema Nacional de Ingreso Universitario
Luego de revisar el documento titulado REDIMENSIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE INGRESO UNIVERSITARIO, BASADO EN LA REACTIVACIÓN DEL APARATO PRODUCTIVO NACIONAL con logos del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior, el cual carece de argumentación teórica o declaración de principios, es decir, carente de toda fundamentación y que no fuera consultado con ninguna institución de educación universitaria nacional, nos dirigimos a la opinión pública para expresar nuestro rechazo más radical a una propuesta que de ser materializada significaría remar en contra de los 17 objetivos del desarrollo sostenible promulgados por la UNESCO al priorizar el ingreso, de manera irresponsable, en algunas carreras en desmedro de muchas otras, necesarias todas para la conformación de una sociedad plural y diversa, integrada por ciudadanos críticos y reflexivos.
El documento expresa textualmente que “se estableció la oferta de 15 carreras base en las áreas prioritarias, 21 carreras derivadas y 109 complementarias, las cuales constituyen la nueva oferta académica 2021” y al revisar detalladamente cuales son las carreras ofertadas vemos como, además de coartar la libertad de elección de los estudiantes que ya no podrán hacer su selección movidos por aspectos vocacionales o aptitudinales sino en función de lo que ordena el ministerio, se amputa flagrantemente del cuerpo formativo profesional un conjunto de opciones de importancia sustancial y se dan otras que sin mayor análisis parecieran repetitivas, porque las opciones que se ofrecen no responden a un estudio cuyo alcance sea fundamentado en discusiones y reflexiones acerca de la factibilidad, perfil profesional y formulación programática, siguiendo procesos ya establecidos en la acción y decisión universitaria en conjunción con las autoridades y organismos de gobierno en los distintos momentos de la llamada democracia venezolana.
En el área de salud, desaparece como prioridad la formación de médicos cirujanos, inadmisible desde todo punto de vista, pues la salud es un objetivo inobjetable del desarrollo y en todo el país es un hecho público y notorio que los médicos integrales comunitarios no tienen la formación requerida para sustituir a los médicos cirujanos egresados de nuestras prestigiosas universidades autónomas. También desaparecen la psicología y la psiquiatría, desechando claramente la importancia de la salud mental. El hecho de que la carrera de Farmacia no aparezca entre las carreras prioritarias es escandalosamente llamativo habida cuenta de las repetitivas ofertas, por parte de quienes írritamente detentan el poder, de medicamentos y fórmulas para combatir el Covid 19.
La prioridad en el área de educación es bastante reveladora de las intenciones gubernamentales, educación preescolar e integral, es decir, la alfabetización mínima, que convertiría a los venezolanos en analfabetas funcionales al no formar docentes en las áreas humanísticas; ni historia, ni geografía, ni literatura, ni lenguas extranjeras, nada que pueda promover el pensamiento, la reflexión, la reafirmación de la identidad, el conocimiento del patrimonio y la sensibilidad por el arte. Más aún llama la atención que vagamente se habla de una licenciatura en ciencias sin profundizar el alcance de ella, sin reconocer que el conocimiento de los fundamentos de las ciencias básicas y sus aplicaciones constituyen la columna vertebral del conocimiento científico útil y aplicado en la construcción y mantenimiento de la infraestructura y servicios de toda sociedad. Al detallar las carreras que ponen el acento en los sectores Producción, Desarrollo Industrial y Construcción y que constituyen la mayoría (el 75%) de la oferta, angustiosamente nos remite a la evidencia de que mientras se ofrecen 12 opciones en el área militar, solamente se ofrecen cinco en el área de educación.
Mención aparte merece la supresión total de las ciencias sociales y humanísticas en su conjunto. Queda eliminado el ingreso a carreras como sociología, antropología, filosofía, derecho, comunicación social, literatura, arte en todas sus manifestaciones, historia o geografía. Esto de suyo es un atentado contra uno de los principios fundamentales de los derechos humanos y todo propósito establecido y suscrito en la dirección de una educación para toda la vida, para aprender a ser, hacer y convivir. Ello explica cómo no puede hacerse ciencia natural si no va de la mano de principios rectores para la paz, la organización de todos y el compartir desde distintas esferas del conocimiento en comunión, para servir a las mayorías excluidas del mundo. No es excluyendo que puede hacerse inclusión, es al contrario como debe obrarse para alcanzar el desarrollo de todos los elementos del mundo y encontrar la armonía necesaria para abordar los problemas de la sociedad.
Todo esto conforma un cuadro bastante patético en tanto en cuanto nos revela el ciudadano a que aspira este gobierno, castrado de la posibilidad de reconocer los aspectos humanos, sociales y culturales como componentes esenciales del progreso. El crecimiento económico y la producción de bienes materiales debe orientarse hacia fines comunes, para el logro del bien general y la conservación del medio ambiente, siendo necesario para esto el concurso de todas las potencialidades creadoras del hombre como parte integrante de la sociedad, de manera que el crecimiento encuentre su fundamento en la valoración cultural y humanística de la sociedad.
Los modelos de desarrollo de naturaleza exclusivamente tecno-científica han demostrado no permitir el desarrollo sostenible y requieren de un andamiaje filosófico que les dé sentido, tanto para lo individual, como para lo colectivo. Extirpando de los planes de formación universitaria todas las carreras que sostienen la formación de los ciudadanos que dotarán de sentido y razón esa producción es seguro que alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable sea poco probable. Sólo la verdadera reflexión ciudadana podrá definir cambios sustanciales en la perspectiva de una sociedad y un país que exige cambios profundos en la manera de conducir la economía y finanzas, la salud, la educación y los distintos caminos que se deben transitar para postular en el hacer un país de justicia y de oportunidades para todos, en donde el respeto a la dignidad humana, el bien común, la distribución universal de los bienes, la solidaridad y la participación sean los principios rectores de una educación para el hombre en busca de su desarrollo sostenible en el tiempo y en el espacio.
Es así que exhortamos a todos los venezolanos para hacer frente a estas pretensiones de un nuevo modelo que debilite más aún el sistema educativo universitario, a modo de que logremos unificar una voz que rechace las astucias de una política gubernamental contraria al bienestar y progreso del país.
Febrero de 2021
Prof. Gladys Gutiérrez
Directora del Centro Regional de Investigación de la Ciencia, su Enseñanza y Filosofía (Crincef) del Núcleo Universitario “Rafael Rangel” (Nurr)
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