La labor como investigador y profesor universitario del Doctor José Gregorio Hernández es verdaderamente loable, además digna de emular (Foto: Referencial) |
El Doctor José Gregorio Hernández como profesor universitario e investigador | Opinión
*Por Pedro Antonio Rivera Chávez.
Profesor activo del Nurr-ULA, adscrito al Departamento de Biología y Química.
Editor Fundador Adjunto de la Revista ACADEMIA.
Editor Adjunto del Fondo Editorial Mario Briceño-Iragorry.
Director de SerbiNurr.*
En el Doctor José Gregorio Hernández a quien el Doctor Edgardo Malaspina lo denomina acertadamente un científico en la inmortalidad de los altares, se cumple el binomio de quien ejerce la noble misión de transmitir conocimientos y realizar la experimentación in situ, dos elementos claves en el devenir de la vida profesional de quienes transitan por las aulas de las casas que vencen las sombras.
Ser docente universitario e investigador y ejercer con la autoridad enclavada en comunión completa con el hecho de complementarla con la investigación que reafirme la teoría impartida es la clave que permite amalgamar la teoría con la práctica que conlleva a que el estudiante verifique y compruebe por sí mismo el conocimiento adquirido en el aula.
Esta dualidad del saber fue manejada a plenitud por el Doctor Hernández desde que el Doctor Elías Rodríguez para entonces Rector de la Universidad Central de Venezuela en 1891 lo juramenta como profesor universitario para dictar las cátedras de Fisiología Experimental, Bacteriología y Laboratorio de Bacteriología.
Ya en pleno ejercicio de su cargo el Doctor Hernández introduce en Venezuela el uso y manejo del microscopio y las técnicas de estudio de tejidos y el cultivo de microbios, dando así inicio a la etapa verdaderamente científica de la medicina venezolana al instalar el primer laboratorio de Fisiología Experimental, a la vez que crea la primera cátedra de Bacteriología en América. Esto lógicamente permitió que los estudiantes adquirieran conocimientos de técnicas histológicas, reactivos, métodos histológicos y conservación de preparaciones.
Como preámbulo a este brillante desempeño como docente universitario e investigador insigne siendo Presidente de Venezuela Juan Pablo Rojas Paúl se decide que un médico sea enviado a Paris con una doble misión: la de estudiar Microscopia, Bacteriología, Histología Normal y Patológica y Fisiología Experimental, así como también la de adquirir los instrumentos necesarios para la instalación de laboratorios y precisamente el 31 de julio de 1889 es seleccionado el Doctor Hernández para tal fin y se traslada a Francia y da cumplimiento a esa doble misión la cual cumplió con honestidad y pulcritud.
El Doctor Hernández como docente universitario enseña a sus alumnos la comprensión de la importancia de su aula basado en el dominio de sus conocimientos, ejerciendo por ende, una gran autoridad fundamentada no solo en el conocimiento que tiene de los postulados de las cátedras que dicta, sino fundamentalmente en sus sólidos principios éticos y morales que constituyen la impronta de su inmaculada existencia.
El Doctor Hernández confiesa que para ser un buen médico y docente, hay que estar al tanto de los avances de la ciencia y para practicar este principio solido que lo envuelve, posee en su biblioteca personal los libros y revistas más actualizadas de las principales naciones de Europa.
En su transitar como docente e investigador se crean las cátedras de Histología Normal y Patológica, de la cual derivaría la cátedra de Anatomía Patológica, lo cual nos permite considerarlo como pionero de la verdadera docencia científica y pedagógica y sus clases las desarrollaba en lecciones explicativas, observación de los fenómenos vitales, experimentación, prácticas y pruebas de laboratorio.
En relación con el origen de la vida el Doctor Hernández sostiene que existen dos opiniones para explicar la aparición de los seres en el universo:el creacionismo y el evolucionismo y reafirmaba“yo soy creacionista”, motivado por su férrea formación cristiana,descartando como válidas las teorías evolucionistas que postulaban la transformación constante de las especies. Sin embargo como investigador era un evolucionista que aceptaba el desarrollo de los procesos biológicos y afirmaba que todo estudio requiere de la experimentación para verificar los resultados y comprobar su validez.
Introduce el microscopio y enseña a sus alumnos su uso y manejo, cultivó y coloreó microbios, siendo defensor a ultranza de la Teoría de Virchow, quien en 1863 postulo la Teoría Celular´ (toda célula procede de otra célula), infiriendo el origen celular de los procesos cancerosos, siendo Virchow el fundador de la medicina social y pionero del concepto moderno del proceso patológico cuando presenta su referida teoría celular.
La metodología científica sobre la cual construyó su labor docente fue la experimentación que permitirá comprobar los hechos aprendidos en la teoría y los más notable en él fue el de contrastar los resultados obtenidos en sus investigaciones con los resultados obtenidos en otras universidades extranjeras a través de la implantación de los métodos de Claude Bernard, médico y fisiólogo francés, padre y fundador de la medicina experimental, seguidor de Francois Magendie, padre de la Farmacología Experimental quien sometía las hipótesis establecidas a una contrastación experimental para la verificación de si era válida..
Para Bernard el método experimental tiene tres elementos: el sentimiento, la razón y la experiencia, siendo el fundador del método científico en Fisiología y afirmaba que hay que partir de hipótesis verificables y que es defendida por Emilio Cervantes, científico de Salamanca cuando sostenía que “la teoría no es más que la idea científica comprobada por la experiencia”.
El Doctor Hernández a partir del año 1916 inicia lo que se puede considerar como su última etapa como docente universitario hasta su trágica muerte, como docente titular de las cátedras de Histología, Fisiología Experimental, Bacteriología y Parasitología. En 1904 se crea la Academia Nacional de Medicina, la cual se instala el 11 de junio de dicho año con profesores de la Facultad de Medicina siendo José Gregorio Hernández uno de sus fundadores ocupando el sillón XXVIII.
De igual manera el Doctor Hernández se convierte en el primer venezolano en publicar un trabajo de investigación sobre Anatomía Patológica y se le considera como el padre de la medicina experimental en nuestro país.
La labor como investigador y profesor universitario del Doctor José Gregorio Hernández es verdaderamente loable y digna de emular por las camadas juveniles que pueblan las aulas universitarias; nuestro país lo requiere y ansía con vehemencia profesores de tal calibre que lo enrumbe por derroteros de superación intelectual.
Trujillo, abril 2021.
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