Papel del Profesor Universitario en la crisis del Covid19 | Opinión por Pedro Rivera Chávez

 

Papel del Profesor Universitario en la crisis del Covid19 


Este 5 de diciembre se conmemora el Día del Profesor Universitario (Foto: Carlos Cegarra)


*Por Pedro Antonio Rivera Chávez.

Profesor activo del Nurr-ULA, adscrito al Departamento de Biología y Química.

Editor Fundador Adjunto de la Revista ACADEMIA.

Editor Adjunto del Fondo Editorial Mario Briceño-Iragorry.

Director de SerbiNurr.*

 

El 05 de diciembre es una fecha para recordar y evocar fehacientemente, ya que se conmemora un nuevo año de la firma del Decreto Ley que permitió en la Patria de Bolívar restaurar la autonomía de la UCV, dándole de esa manera la génesis de nuestro día, el día del Profesor Universitario, del docente que con su ejemplo y trabajo digno permitan la formación de esa camada de nuevas generaciones, plenamente convencidos y conscientes de que la educación constituye el mejor patrimonio de cualquier sociedad, entendiendo que esta hoy, es una fecha para el trabajo creador, por cuanto el docente universitario, es un elemento dedicado con constancia al trabajo, al hacer de todos los días intensa e ininterrumpidamente, dedicando el tiempo del trabajo al trabajo y el tiempo del descanso al descanso.

En la época actual, agobiados por la pandemia del Covid19 no ha sucedido lo mismo, ya que podemos afirmar, sin temor a equívocos, que exista una inadversión al trabajo, que se traduce en un gran ocio destructivo que no permite avanzar al país, y por ende, a la sociedad y que sin lugar a dudas, nuestro estado y nuestra querida Venezuela se nos está convirtiendo en un país de ociosos, y que el gobierno nacional en un afán de destruir las universidades autónomas, alienta y contribuye en forma directa o solapada.

La pandemia del Covid19 ha instituido noblemente en el quehacer diario del Profesor Universitario según lo afirma el Coordinador de programas de la UNESCO, José Antonio Quintero,  al señalar que “no ha sido fácil al docente acceder al modelo de la educación virtual, el cual desmotiva a los estudiantes, acostumbrados al modelo de educación presencial”. Sin embargo, en los casi tres años agobiados por esta realidad pandemial debemos garantizar el derecho a la educación ya que ello es un imperativo insoslayable en el ejercicio de nuestra actividad académica.

Para ello debemos tener o crear las condiciones que sean necesarias a adoptar para mitigar las desigualdades del acceso a la enseñanza virtual, lo cual lógicamente supone el uso de una infraestructura para lo cual no estábamos preparados.

La pandemia nos ha permitido reflexionar acerca del rol del docente como persona, como ciudadano y como profesional, así como las vías para migrar a la modalidad virtual, ya que la crisis sanitaria del Covid19 nos ha impactado de una manera drástica en nuestro modo tradicional del proceso de enseñanza aprendizaje, entendiendo que los docentes no poseen las habilidades necesarias para afrontar la docencia virtual, ya sea por la falta de dominio de los aspectos técnicos, ya sea por la pérdida del contacto con los alumnos o ya sea por el incremento de la carga de trabajo.

Estamos conscientes que la educación virtual como elemento de enseñanza tiene entre otras las siguientes desventajas: falta de infraestructura, ruptura del medio social, la existencia de un número creciente de factores externos que la van a distraer, problema de carácter técnico especialmente con el Internet, servicio deficiente en el entorno en que impartimos este tipo de educación así como la poca socialización, que sí se logra con la educación presencial.

El papel entonces del Profesor Universitario es cambiar este orden de ideas arrogándose de que el tema del trabajo diario y permanente se convierta en el advenir como una panacea para la crisis que vive nuestra casa de estudio, por lo que debemos practicar una gran concurrencia de esfuerzos compartidos proyectados a beneficiar no solo a esta institución, sino también a beneficiar a la sociedad trujillana, y por ende al país, para sacarlo de ese letargo de indefensión social, que procure mejorar sus índices productivos, pero sobre todo, a mejorar al hombre, que constituye el centro vital de toda acción de gobierno. No es quedándonos en nuestras casas, como vamos a contribuir al estado de cosas que vivimos, no podemos dejar solos a quienes confían plenamente en nosotros como los son los estudiantes que se han inscrito en el NURR, en la búsqueda del conocimiento, en la búsqueda de la verdad y en la búsqueda de un mejor porvenir, que los beneficie, tanto a ellos, como a su medio familiar.

Que grandioso sería, que esta fecha del 05 de diciembre, como un pedimento de conciencia, la recordemos como hecho natural que permita fortalecer el sentimiento de la democracia venezolana para la profundización del sentimiento de libertad que es el emblema de nuestra historia, y para que así, el nuevo hombre se geste en consonancia con un país grande y virtuoso que sigue siendo modelo para nuestro continente y el mundo entero.

La historia que es un vuelo de imaginación es maestra y por ello educa y forma.

En este 05 de diciembre en el que la Universidad venezolana, de la cual no escapa la ULA, y por ende, nuestro querido NURR, está enfrentando la más grave crisis financiera jamás vista en el país, ocasionadas por los recortes presupuestarios, por el no envío de los montos para su funcionamiento, por el incumplimiento de las deudas con los gremios y empleados, por el afán de un gobierno en destruir las instituciones y personeros que no se arrodillan a la adoración y disienten de la forma de acción, piensen ¿hasta qué punto nos estamos integrando a un trabajo transformador, hasta qué punto hemos sido fieles, con el deber ineludible de educar directamente en las aulas y no desde la comodidad del hogar, hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que se nos avasalle y se nos menosprecie en nuestra actividad de preparar a las futuras generaciones que han de regir los destinos de esta Patria de Bolívar?.

Cuánto de nuestro tiempo estamos entregando al NURR, a su proceso de gestación, creación y consolidación cuando hace poco cumplimos los 50 años de su creación.

Cuál es la cuota de trabajo y sacrificio que nuestra casa de estudio nos demanda y si estamos en capacidad de cumplirla en este tiempo de pandemia y de crisis económica, sabiendo que percibimos sueldos de hambre y sin ningún tipo de seguridad social en estos tiempos críticos y coyunturales que estamos viviendo, y en los que la vida se nos está haciendo más difícil.

Sabemos con plena conciencia la verdad nacional que nos cobija con un gobierno que da más a unos pocos, en desmedro de los muchos que no ganan un salario suficiente requerido para satisfacer sus necesidades primordiales y las de su familia. Todo ello conlleva a que se niegue el espíritu de la nacionalidad de la historia, de aquellas generaciones primigenias que se empobrecieron materialmente para conformar el espíritu de la patria, ese que hace crecer valores sociales igualitarios por la equidad y por la justicia.

Es valedero que esta fecha del día del Profesor Universitario podamos reflexionar sobre la importancia y el gran valor que encierra de aquellos docentes, quienes con innegable vocación han contribuido y contribuyen aun en la concresión, proyección y creación de nuevos saberes, de esos profesores universitarios que con una impecable ética y la más profunda responsabilidad se han convertido en guías indelebles de los nuevos hombres y mujeres que se están formando en las aulas universitarias, y que sabemos a ciencia cierta, serán los responsables de conducir impecablemente a la nueva patria que está gestándose, y por ende, son los consecuentes constructores de los nuevos porvenires, como lo están reclamando esta patria.

En estos eximios representantes de una educación nueva, con profundos valores nacionales los podemos recordar con las sabias palabras de José Manuel Estrada cuando nos señala: “No se educa cuando se imponen conductas, sino cuando se proponen valores que motivan. No se educa cuando se imponen caminos, sino cuando se enseña a caminar. No se educa cuando se imponen ideas, sino cuando fomenta la capacidad de pensar por cuenta propia. No se educa cuando se impone la verdad, sino cuando se enseña a buscarla honestamente. No se educa cuando se impone el miedo que paraliza, sino cuando se logra la admiración que estimula”.

 

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1 comentarios :

  1. Felicitaciones hoy en el día del prof universitario a todos aquellos hombres y mujeres q con su trabajo diario y en diferentes situaciones y realidades forman el recurso humano más preciado y que son el motor que hace a un país rico como lo es la educación porque es ayi donde esta la principal riqueza de un país. El llamado es a mantenerse en la lucha con su presencia bien sea en el aula presencial o en el aula virtual para continuar señalando el camino a las generaciones por venir aún en las actuales circunstancias aquí no vale rendirse porq el q se rinde pierde.Sigamos Adelante

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