Estudiar y trabajar: el reto de los jóvenes ulandinos en Trujillo

 

*** Contar con un empleo para costear sus estudios, obtener una mejor calidad de vida,  ayudar a sus familiares y adquirir experiencia laboral se ha convertido en el desafío de  la juventud universitaria, por ello, es merecedora del reconocimiento por su lucha y dedicación en medio de la profunda crisis nacional

Aguerrida es la juventud del Nurr (Foto. Carlos Cegarra)


Prensa Coordinación de Extensión ULA-NURR / Sheyla Rosario. A propósito del Día de la Juventud, el  Núcleo “Rafael Rangel” (Nurr), la Universidad de Los Andes (ULA) en Trujillo, honra a los jóvenes, cursantes de distintas carreras, quienes han decidido laborar para sufragar los gastos que implica formarse profesionalmente y, a su vez, apoyar a sus familiares.

Cada vez son más los jóvenes que conjugan estudios con funciones laborales, para formarse y obtener un título universitario que le brinde la oportunidad de desarrollar sus capacidades y habilidades profesionales, previendo ser parte del progreso y bienestar del país, además mejorar su calidad de vida y la de su entorno.

Son muchos los obstáculos que enfrenta la juventud  universitaria, entre ellos la adquisición de materiales de estudio o costear la movilización hacia los recintos de educación superior y gastos de alimentación. A lo anterior se adicionan los graves problemas de suministro de gasolina, comedores estudiantiles inoperativos, sistema de asignación de becas casi inexistente, infraestructura en estado deplorable, sumado a los pírricos sueldos que perciben los profesores y trabajadores de las universidades públicas.

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Estudiar Vs. Trabajar

Según cifras aportadas por el Observatorio de Universidades (OBU), más del 60% de los estudiantes universitarios en Venezuela estudian y trabajan, esto refleja el interés  y esfuerzo simultáneo de la juventud venezolana, que día a día lucha para adquirir experiencia y mejorar su formación académica que les permita abrirse espacios en el mercado laboral ya sea dentro o fuera del territorio nacional.

Apostando a la universidad venezolana

María de los Ángeles Flores, estudiante del cuarto año de Derecho, es empleada del Circuito Judicial del estado Trujillo y conduce un programa de radio en una reconocida emisora.

Su tiempo lo distribuye de manera organizada. Cuando no puede asistir a clases, debido a compromisos laborales, su aliada es la tecnología, permitiéndole colocarse al día con los contenidos académicos. Pese a las adversidades, la ulandina se encuentra convencida que en los espacios universitarios está el potencial formativo que motiva a seguir avanzando.

“Creo en el conocimiento, el cual nadie podrá arrebatarnos; creo en la ULA, como la alma mater y hay que aprovechar todo lo  que ella nos ofrece. A pesar de las dificultades confío en un futuro en Venezuela, hay que seguir nuestros sueños, en concluir nuestras carreras, incluso trabajar nos permitirá lograr nuestras metas. El esfuerzo que hoy hacemos siempre valdrá la pena”, afirma Flores.

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Beneficios de trabajar online

Por otra parte,  Denis Alberto Briceño, cursante del octavo semestre de Educación, mención Lenguas Extranjeras, indica que  parte de sus ingresos los  devenga  como redactor a través de una plataforma digital online.

Amén, que estos últimos semestres han sido bajo la modalidad semipresencial, permitiendo una flexibilización en cuanto los horarios, valiéndose del internet como herramienta tecnológica donde existen múltiples alternativas para trabajar desde casa, dice.

Asimismo, el universitario resalta lo difícil que es poder financiar los estudios en la actualidad, conjuntamente con el transporte público, alimentación hasta lidiar con la ausencia de profesores, debido a que también tienen que laborar fuera de la universidad porque sus sueldos no les permiten vivir dignamente.

Aprovechar las oportunidades

 “Aunque el futuro de la ULA es complejo, me mantengo entusiasta al observar la presencia de muchos jóvenes quienes han optado por continuar o iniciar sus estudios. Los exhorto a tener en cuenta  lo importante de tener un título universitario para la vida, sí tienen la posibilidad aprovéchenla y sean parte del Nurr que es la  universidad de todos”, expresa Briceño.

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No declinar

Fraily Susana Nava, estudia el primer semestre de Farmacia, labora como asistente de laboratorio clínico, su tiempo es limitado, lo distribuye con disciplina y organización para dar cumplimiento a ambos compromisos. En ocasiones luego de asistir a clases y llegar de una jornada laboral agotadora, debe sacar ánimos para no claudicar.

La joven comenta que “existen muchos motivos para continuar, ya que la carrera me apasiona y más aún cuando estoy siendo formada en la ULA, una las mejores universidades del país y aunque no cuenta con una infraestructura en condiciones óptimas, existe el entusiasmo de mis compañeros y de los profesores que con dedicación imparten sus actividades académicas, siendo un  compromiso digno de admirar”.

Al mismo tiempo ofreció un mensaje a quienes vieron sus sueños frustrados por no poder continuar sus estudios. “Acérquense y atrévanse nuevamente, el título universitario al lugar donde vayamos siempre tendrá valor, debemos echarle ganas por lograrlo. La universidad avanza lento, pero lo hace, y eso debemos considerarlo cada uno de los que formamos parte de esta hermosa institución”, considera.

Estudiar en tiempos de crisis

Mientras que Jesús Alejandro Rosario, estudiante del segundo semestre de Educación, mención Lenguas Extranjeras, trabaja como diseñador de personajes en pixel-art para plataformas de juegos online, sumado a trabajos misceláneos que le permiten ingresos para sufragar sus gastos básicos y apoyar a su núcleo filial.

Según Rosario, “no ha sido fácil estudiar en medio del precario panorama país y que ha afectado de manera notable a la universidad. Antes de la crisis de salud mundial los estudiantes tuvimos que enfrentar duras situaciones para poder asistir a nuestras aulas de clases, desde caminar largos trechos, transportarnos en camiones, carecer de una alimentación digna, entre otras tantas precariedades, sin embargo, prevalecieron las ganas y confianza de poder alcanzar nuestras metas y seguir luchando por Venezuela”.

Agrega que “luego de la pandemia éramos muy pocos, ya se han sumado un número importante de estudiantes y eso es alentador, vamos por buen camino, muchos tenemos que trabajar y estudiar a la vez, pero vale la pena. Mi mensaje a quienes tuvieron que irse de la universidad es que  Roma no se construyó en un día, sí desean volver háganlo y juntos coloquemos los ladrillos que forjarán nuestro futuro”.

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Esfuerzos para estudiar

De igual manera Marian Vieras,  cursante del segundo semestre en Educación en el Nurr y del quinto semestre de Psicología Social en la Universidad Politécnica Territorial del estado Trujillo Mario Briceño Iragorry (Upttmbi), cubre sus gastos vendiendo golosinas en los espacios universitarios.

Destaca lo complejo que significa para un joven estudiar una carrera universitaria cuando no se cuenta con los medios suficientes para sufragar los gastos que implica acudir a los recintos educativos.

 “No es mentira que la situación es bastante difícil, en especial para quienes vivimos lejos y los gastos de transporte son elevados, por lo que hay que hacer un esfuerzo para cubrirlos y evitar ser una especie de carga para el grupo familiar. Al concluir mis clases recorro cada uno de los pasillos de los distintos edificios de la Villa Universitaria, con lo que devengo puedo costear los pasajes y algunos requerimientos personales”, apunta.

Igualmente asevera que “la ULA es una institución de renombre a nivel nacional e internacional, será un orgullo egresar de tan extraordinaria universidad. Estudiar es difícil, pero vale la pena porque a futuro serás una persona preparada”, recalca.

Querer es poder

Edgar Lameda, cursa la carrera Educación, mención Educación Física, Deportes y Recreación, además es empleado de la Unidad de Vigilancia del Nurr y entrenador de taekwondo, las mencionadas responsabilidades las comparte con sus deberes como padre, ya que por su condición de viudo tiene la responsabilidad del cuidado total de su pequeña hija. Las vicisitudes no le han impedido obtener el título de T.S.U. en Mantenimiento Industrial y actualmente formarse en otra carrera universitaria.

Para Lameda, como popularmente es conocido por la comunidad universitaria, “ha sido forzoso cumplir con el trabajo y las actividades académicas, pero siempre buscamos la manera de desempeñarse con  responsabilidad sin descuidar nuestros deberes familiares”.

Advierte que “no ha sido fácil, son múltiples los inconvenientes presentados en el camino, incluyendo cuestionamientos que afectan nuestra integridad moral, sin embargo, cada día me animo a seguir adelante, porque estoy seguro que cosecharé grandes logros”.

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Volver a la ULA

“A quienes tuvieron que irse sin concretar sus estudios les aconsejo que regresen a la institución y culminen su carrera, lo mejor que un joven estudiante puede tener en su vida es un título universitario y deben tener en cuenta eso nada ni nadie se los podrá  quitar. Avizoro para la universidad un futuro prometedor, confío que en un tiempo no muy lejano, podamos ver sus espacios poblados, llenos de estudiantes, con el comedor funcionando, las rutas estudiantiles activas y con profesores y personal devengando sueldos dignos”, opina Lameda.

Esfuerzos

Lamentablemente en los últimos años en la ULA más de  30 mil jóvenes han dejado abandonado sus estudios, algunos emigraron en búsqueda de mejores oportunidades laborales, dejando a un lado el sueño de ver concretados sus estudios universitarios, otros se mantienen firmes apostando a la academia venezolana, dividiendo su tiempo entre trabajo, familia y estudios, pero convencidos en que vale la pena continuar y no darse por vencidos, que todo esfuerzo trae consigo grandes logros.

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María de los Ángeles Flores, Denis Alberto Briceño, Fraily Susana Nava, Jesús Alejandro Rosario, Marian Vieras  y Edgar Lameda opinan sobre los roles actuales de la juventud (Fotos: Carlos Cegarra)







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Acerca de Prensa NURR-ULA

Sitio Oficial de la Oficna de Prensa de la Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel en Trujillo-Venezuela.
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