CUATRO REFLEXIONES Y SIETE SABERES NECESARIOS
PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO (*)
(*) Discurso de orden con motivo del Día del Profesor Universitario y del 66o Aniversario de la Ley de Universidades, aprobada el 05 de diciembre de 1958
El Dr. Edgar Jaimes fue el orador de orden en los actos alusivos al Día del Profesor Universitario 2024 realizados este miércoles, 11 de diciembre, en el NURR-ULA (Foto: Carlos Cegarra) |
Dr. Edgar José Jaimes Cárdenas (**)
(**) Académico de la ANIH y Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA,
Trujillo.
Miércoles, 11 de diciembre de 2024.
Villa Universitaria.
Pampanito, estado Trujillo.
Es un honor presentar esta disertación, encargada por la Junta Directiva de
la Asociación de Profesores, de la Universidad de Los
Andes (APULA), seccional Trujillo,
presidida por el profesor Johny Humbría
e integrada por destacados catedráticos de esta universidad.
Muchas gracias por su designación para exponer, en el contexto académico e institucional,
reflexiones sobre la labor docente y su trascendencia en la Venezuela actual,
las cuales indico a continuación:
Reflexión 1. Es pertinente tener presente que, en Venezuela, el Día del Profesor Universitario se celebra el 5 de diciembre desde 1958,
para conmemorar la aprobación de la Ley
de Universidades (LU), que fue impulsada por el profesor Luis Edgar Sanabria Arcia, presidente
provisional de la República de Venezuela
tras la caída de la dictadura de Marcos
Pérez Jiménez.
A partir de esa fecha se reconoce la labor
docente, investigativa y social de los profesores universitarios, así como su
esfuerzo y dedicación por transferir conocimientos, experiencias y logros académico-científicos
a los estudiantes y a las comunidades con las cuales se vinculan.
Reflexión 2. También es propicio recordar el espíritu, propósito y
razón de la LU-1958, reafirmados en la LU que fue aprobada por el Congreso de
la República de Venezuela el 02-09-1970 y posteriormente ratificados en el Artículo 109, de la Carta Magna de 1999; según el cual:
“El Estado
reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a
los profesores y profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad
dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación
científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de
la nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno,
funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y
vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía
universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas
de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del
recinto universitario. Las universidades experimentales alcanzarán su autonomía
de conformidad con la ley”.
Reflexión 3. En el año 2004 leí un libro de Edgar Morin intitulado: “Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro”, publicado por la UNESCO (1999).
En aquel entonces circulaba en el medio
universitario una memoria titulada “La Universidad se Reforma”,
publicada en el año 2003 por el Dr.
Rigoberto Lanz, que compilaba una serie de propuestas presentadas por un destacado panel
de profesores e investigadores universitarios conformado, entre otros, por: Alex Fergusson, Arnaldo Esté, Héctor
Navarro, Claudio Rama, Magaldy Téllez, Beatriz Moreno, Alexis Guerra, Daisy D`Amario,
Ana Julia Bozo, Luis Carrizo y Giuseppe Giannetto, que interpretaban
correctamente los principios que Edgar
Morin delineaba en su libro y constituían una referencia para iniciar un
proceso de transformación de la educación universitaria y de la totalidad del
sistema educativo venezolano.
Dada la vigencia de esos siete saberes, me
permito exponer en esta disertación las Ideas-Fuerza, principales contenidas
en esos saberes; esto es:
Saber Nº 1: Las cegueras del conocimiento: el error y la
ilusión. Para superar el aislamiento del saber, es necesario adoptar nuevas visiones
y teorías más descriptivas y explicativas capaces de generar acciones más
coherentes para construir una alternativa de vida más integral y sostenible
vinculada con nuestra capacidad de autorrealización y de desarrollo humano.
De allí que una tarea principal de la
educación actual es descubrir las limitaciones, condicionamientos, prejuicios,
errores, ilusiones e insuficiencias del conocimiento, a través del pensamiento
crítico y autocrítico para poner en claro que una ciencia sin conciencia o un
conocimiento sin ética son una aberración para la vida en nuestro planeta y
para nuestro propio desarrollo individual y social.
Saber Nº 2: Los principios de un conocimiento pertinente.
Este saber
lleva implícito enseñar la totalidad, ya que la esencia de la educación del
presente, y la del futuro, es la de encontrar y construir vínculos que puedan
reunificar las disciplinas y construir una diversidad de saberes y
conocimientos como proceso de interacción social y de construcción colectiva.
“Aprender a
conocer y aprender a convivir” son las dimensiones inseparables de la educación toda
vez que la fragmentación de los saberes encontraría a estos principios.
Saber Nº 3: Enseñar la condición humana. Solo es posible enseñarla mediante la unidad
del conocimiento, integrando todos los conocimientos a partir de un proceso
interminable de desarrollo de la conciencia, que en la práctica no es otra cosa
que un proceso de desaprendizaje de nuestra propia mentalidad.
Y aquí intervienen aquellos ámbitos de la
educación corporal-emocional-afectiva y de la educación
ética-estética-espiritual que por lo general han sido completamente ignorados
por los sistemas educativos formales.
Pero al mismo tiempo, exigen también un
esfuerzo por desarrollar la sensibilidad externa e interna que no es otra cosa
que un aprendizaje y un ejercicio permanente de atención, que no sólo es
emocional-sensible, sino también lógico-racional en cuanto que está dirigido a
crear un espíritu crítico capaz de detectar insuficiencias, diagnosticar
disfunciones, darse cuenta de los errores; pensamiento crítico, en síntesis,
que también ha estado bastante ausente de algunas instituciones educativas.
Saber Nº 4: Enseñar la identidad terrenal. Es pertinente enseñar la historia planetaria
que comienza con la comunicación de todos los continentes en el siglo XVI y mostrar
cómo se volvieron intersolidarias todas las partes del mundo sin por ello
ocultar las opresiones y dominaciones que han asolado a la humanidad y que aún
no han desaparecido.
Habrá que señalar la complejidad de la crisis
planetaria que enmarca el siglo XX, mostrando que todos los humanos,
confrontados desde ahora con los mismos problemas de vida y muerte, viven en
una misma comunidad de destino, lo cual:
“…implica, en
primer lugar, un proceso de educación afectiva y amorosa que permita
transformar la relación puramente economicista, productivista y consumista que
los seres humanos han construido con el planeta que los acoge, alimenta y
sustenta. En segundo lugar, necesitamos antes que nada aprender a ser
sensibles, a estar atentos, de forma que podamos establecer relaciones
dialógicas marcadas por el afecto y la solidaridad con el otro y con la naturaleza
como fuente de toda vida…”
Saber Nº 5: Enfrentarlas incertidumbres. Si bien el desarrollo científico ha
contribuido en la adquisición de muchas certezas, por ejemplo, las relacionadas
con el origen, evolución y muerte de los sistemas antrópicos y naturales,
también nos han revelado, en los últimos años, innumerables campos de la
incertidumbre.
De allí la urgente necesidad de que la
educación abarque, en lo posible, la enseñanza de las incertidumbres que han
aparecido en las ciencias físicas (microfísica, termodinámica, cosmología), en
las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas; es decir:
“…Se tendrían que enseñar principios de
estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y
modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino.
Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de
archipiélagos de certeza...”.
La significación de este saber es muy obvia a
raíz de los eventos naturales, algunos de los cuales estarían vinculados con el
cambio climático global (vaguadas intensas y prolongadas, heladas extremas,
incendios forestales masivos y deslaves-derrumbes catastróficos) y otros relacionados
con errores humanos.
Saber Nº 6: Enseñar la comprensión. No hay forma posible de promover y construir
una ciudadanía planetaria y una política de civilización si no somos capaces de
enseñar o aprender la comprensión, pero no sólo una comprensión lógica,
deductiva o inductiva, sino una comprensión sensible, empática, humana,
afectiva y de respeto a los demás.
Sin el reconocimiento del otro, como legítimo
otro, no es posible la educación y esto no es más que un proceso de
enseñanza-aprendizaje de la comprensión humana, cuya primera premisa requiere
rechazar la simplificación, la reducción y la generalización de otros saberes,
conocimientos o experiencias.
Como bien dijera Morin:
“…, el hecho
de que una persona haya cometido una vez un crimen en su vida, no la convierte
en criminal, porque los seres humanos cambiamos y porque además un único rasgo,
o un solo error en la vida de una persona, no la caracteriza y etiqueta para
toda la eternidad…”.
Saber Nº 7. La ética del género humano. Es el asunto más transversal y
transdisciplinario de todos los saberes toda vez que lo ético es inseparable de
la vida, del planeta, de la sociedad, del trabajo, de las instituciones, de la
ciencia, de la política y de la conducta personal, por tanto, es una cuestión
transcendental.
Analizar, valorar, interpretar, pensar y
actuar éticamente, conducirse conforme a valores de vida y desarrollo integral
es pues una cuestión no sólo de supervivencia, sino de existencia, pero para
ello ya no basta la ética de las (buenas) intenciones, sino que
es necesario situar y comprometerse con cuestiones claves como la solidaridad y
la responsabilidad:
"…no hay
que buscar tanto las bases de la ética, sino extender la solidaridad y la
responsabilidad en todos los campos porque el problema fundamental de nuestro
tiempo es la desintegración de la solidaridad y la compartimentación de la
responsabilidad".
Reflexión 4. Como síntesis de estos siete saberes propuestos por Edgar Morin, indico a continuación los
desafíos de gobernabilidad que actualmente enfrenta América Latina, y en
particular Venezuela, que están estrechamente vinculados con esos saberes.
En efecto, el PNUD (2024) indicó los siguientes desafíos:
1) Gobernanza efectiva para permitir la generación de
oportunidades equitativas, para lo cual es necesario implantar la rendición de
cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública;
2) Estabilidad política, lo cual implica cambiar las reglas del juego;
es decir, las políticas, para reducir las desigualdades;
3) Efectividad y eficacia gubernamental, que significa llevar a cabo transformaciones
institucionales basadas en soluciones digitales;
4) Calidad regulatoria del Estado; obligando a las instituciones públicas y
privadas, en todos los niveles de la administración y gestión de gobierno a
combatir y eliminar la corrupción y el tráfico de influencias;
5) Estado de Derecho, garantizando el impulso de la agenda de los
derechos humanos y;
6) Garantizar la convivencia pacífica y la seguridad
ciudadana, impulsando políticas para el mejor vivir de la gente.
Complementario a lo antes expuesto, traigo de
regreso una Post Data (PD), del
viernes, 25 de marzo de 2011, que inserté en un artículo publicado en esa
fecha, dirigida al presidente Chávez y
la ministra de Educación Superior, para ese entonces, profesora Yadira Córdova, motivado a las protestas
universitarias; la cual expresé en los términos siguientes:
“Por favor
atiendan y resuelvan el reclamo gremial que por más de cinco años han venido
realizando estudiantes, trabajadores y profesores universitarios. Comiencen por
ustedes mismos la transformación universitaria, despojándose de la arrogancia y
la soberbia de la que han hecho gala recientemente ante estos valientes y
honrosos estudiantes, profesores y empleados. Justicia es lo que exigen los
universitarios venezolanos”.
Todavía sigue vigente el vigor de ese reclamo
y de esa PD toda vez que, en el contexto postelectoral del 28J-2024, aún
continúan privados de libertad el profesor G. Torres, adscrito al
Departamento de Ciencias Pedagógicas de la ULA Trujillo, junto a varios
estudiantes como el Br. P. León, tesista de Comunicación Social, entre otros.
Lamentablemente hay más ulandinos detenidos
como lo son el Br. G. Morillo, perteneciente de la Extensión Valera de la
Escuela de Medicina, y el médico cirujano E. Madrid, recién egresado de
esta última dependencia institucional.
Me sumo a la exigencia ciudadana por la
inmediata libertad para ellos y el resto de los universitarios detenidos en
diferentes entidades venezolanas. Igualmente, para sus familiares nuestra
solidaridad.
Aboguemos por su pronta excarcelación. No
pierdan la fe y esperanzas.
PD: Dada la pertinencia del contenido de las reflexiones publicadas recientemente por el profesor Pedro Rivera Chávez, del NURR-ULA, y por el profesor e ingeniero Johny Humbría, presidente de la APULA Trujillo, recomiendo leer ambas opiniones títuladas Reconquistar la autonomía universitaria es una misión pendiente y Maestros de la resiliencia: Un homenaje al profesorado universitario venezolano en los siguientes links, respectivamente: <https://prensanurrula.blogspot.com/2024/12/reconquistar-la-autonomia-universitaria.html> y
<https://prensanurrula.blogspot.com/2024/12/maestros-de-la-resiliencia-un-homenaje.html>
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
UNESCO. 1999. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Traducción de Mercedes Vallejo-Gómez, Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Colombia <https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000117740_spa>
PNUD. 2024. Gobernabilidad democrática. <https://www.undp.org/es/latin-america/gobernabilidad-democratica>
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