En el marco de su 236 Aniversario el clamor es no dejar a la Alma Mater sola (Composición gráfica: Prensa ULA) |
*** Son 236 años de historia institucional que exaltan el orgullo, aún en medio de las políticas destructivas con pandemia añadida, incluso la historia reciente nos ha demostrado que existen valores sagrados que no pueden negociarse bajo ningún pretexto
Prensa ULA / Fray Juan Ramos de Lora, bien supo aquel 29 de marzo de 1785 que el conocimiento es resistencia ante la adversidad y es semilla del crecimiento espiritual y personal, capaz de dar luz, esperanza y desarrollo a un país como Venezuela. La Universidad de Los Andes demarca una vez más a sus 236 años de academia, otro histórico tiempo de retos.
Es una verdad frontal que la crisis universitaria es la crisis del futuro de nuestra nación y por tanto debe congregar las fuerzas de toda la sociedad, sin distinción de ningún tipo, pues la pobreza, la enfermedad, el hambre, la miseria, no distinguen en un país desbaratado.
La historia reciente nos ha demostrado que existen valores sagrados que no pueden negociarse bajo ningún pretexto. En ese sentido, las universidades autónomas venezolanas, con sus fortalezas y debilidades, se han plantado firmes en la defensa de la libertad de pensamiento, del respeto de las ideas, del debate sano, de los Derechos Humanos, de la formación del individuo para que éste sea capaz de hacerse una imagen propia del mundo que le rodea.
En un país depauperado como Venezuela no solo es necesario y urgente rescatar los valores de la democracia, sino que también impera el cambio del modelo de universidad impulsada desde la autogestión y autogeneración de recursos. Para esta transición resulta imprescindible el diseño de un marco legal, desde la Autonomía constitucional, que permita aumentar la libertad de las universidades sin descuidar las necesidades del país.
No es un secreto que a lo largo de su historia, esta Universidad de Los Andes ha experimentado múltiples cambios procurando adaptarse a las necesidades de cada etapa, buscando siempre brindar al país ciudadanos capacitados para enfrentar las imposiciones de cada circunstancia, pero, además, la Universidad ha sido una institución multiplicadora de la buenaventuranza pues el hecho educativo es, en esencia, un acto de confianza en la elevación humana: nadie acude a un aula de clase sin la ilusión de ser mejor y todo investigador se empeña en consolidar su meta con el norte en el bien común.
Son 236 años que exaltan el orgullo, aún en medio de las políticas destructivas con pandemia añadida. Por tal razón desde el rector de la Universidad de Los Andes, Mario Bonucci, hasta cada uno de esos ciudadanos de alma ulandina resistente, se aprecia el clamor por no dejar sola a nuestra Alma Mater.
Pronunciamiento del rector Mario Bonucci por los 236 años de la ULA:
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